
Siendo la función social de la enseñanza la formación
integral, la selección y la organización de los contenidos de aprendizaje debe atender a sus necesidades, intereses y experiencias.
Los contenidos de aprendizaje son medios para entender y dar respuesta a situaciones y problemas que plantea una realidad,
a la vez global y compleja. El desarrollo de las teorías de aprendizaje, y de la intervención pedagógica, muestra cómo para
mejorar la motivación, lograr mayor cantidad y calidad de relaciones entre los conocimientos, incrementar significatividad
y funcionalidad de los aprendizajes, etcétera se requiere que la organización de los contenidos corresponda a criterios más
amplios y complejos que los determinados por la lógica de las disciplinas. Por eso nos planteamos superar la organización
curricular por asignaturas que produce visiones fragmentarias de la realidad, y elegimos como opción la organización por áreas
curriculares. El área es una forma de organización curricular articuladora e integradora de los conocimientos y experiencias
de aprendizaje, que favorece además el manejo eficiente de los procesos característicos correspondientes. Cada área representa
agrupamientos que toman en cuenta, en diferente grado, criterios pedagógicos, epistemológicos e institucionales. En unos casos
posibilitan acercamientos o nexos interdisciplinarios por afinidad de manera explícita, mientras que en otro surge procurando
articular procesos comunes que dan curso a experiencias o vivencias valiosas, en torno de metas vinculadas a dimensiones del
desarrollo integral de los estudiantes.
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